La educación a distancia no es un concepto nuevo, a mediados del siglo XIX, el desarrollo de los servicios postales y seguramente la iniciativa de algunos visionarios, hizo posible lo que se conocía como educación por correspondencia. Hoy día puede parecernos un método bastante anticuado, pero era una alternativa eficiente para expandir el conocimiento burlando las distancias y los costos logísticos de la educación presencial, agregando la ventaja adicional de poder administrar mejor el tiempo.
Los primeros métodos de educación a distancia carecían de dos elementos importantes: el acompañamiento y la evaluación, que podían ser precariamente atendidos a través de los mismos sistemas postales existentes, y posteriormente con mayor velocidad a través del uso del telégrafo.
En el siglo XX aparecen nuevas tecnologías que fueron incorporadas a la educación, enriqueciéndola en forma significativa. Así pues, ya podíamos contar con la radio, la televisión, los discos de acetatos, cintas magnéticas de audio y de video, así como la telefonía para tener una comunicación sincrónica entre alumno y maestro.
La aparición del internet y los correos electrónicos, por supuesto, representaron un paso gigante para el desarrollo de la educación a distancia. Estas tecnologías redujeron significativamente los tiempos en el intercambio de información, aunque seguía siendo un problema el hecho de que no todos tenían acceso a ellas.
Afortunadamente la comunicación ha evolucionado y su uso se ha masificado de tal forma que hoy día es mucho más fácil disponer de computadores, tabletas y teléfonos inteligentes, que permiten acceder a internet y procesar textos, imágenes y videos en forma eficientes. Sin quitarle mérito a los años de desarrollo y prueba de muchos métodos de formación y evaluación a distancia; y al desarrollo de excelentes herramientas virtuales para la educación.
Partiendo de la definición de virtual, adjetivo que “en su sentido original, hace referencia a aquello que tiene virtud para producir un efecto, pese a que no lo produce de presente” (definición de la Real Academia Española de la Lengua); se desprende que la educación virtual, pretende tener el mismo efecto que la educación presencial. Sin embargo, gran parte de la oferta en “educación virtual” no logra el efecto de desarrollar habilidades prácticas, sino que se limita a transmitir y evaluar conocimientos.
En medio de la crisis mundial generada por la aparición del Covid-19, el año 2020 ha sido una gran oportunidad para integrar la tecnología con la experiencia de la educación a distancia.
En Preparart-e nuestro reto es convertir la educación virtual en formación virtual, que permita desarrollar competencias o habilidades prácticas, de manera eficiente utilizando las bondades de las tecnologías educativas a las cuales tenemos acceso en la actualidad.
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Hernán González
Coach Ontológico – Facilitador Psicocorporal – Docente virtual